• Responsable: Monseñor Oscar García.
  • Dirección: Lincoyán 649 – Concepción.
  • Fono: 997158778.
  • Redes sociales:

En el año 2013, y con la iniciativa del Arzobispo de Concepción Monseñor. Fernando Chomali Garib viendo la realidad de muchos jóvenes del interior que llegan a la ciudad, y son sometidos a una vida estudiantil muy dura y riesgosa, por los cambios a los que se exponen dejando a sus familias, su entorno social, una realidad de oportunidades no siempre buenas que los fuerzan muchas veces a no alcanzar sus tan ansiados objetivos de estudios.

 Sumado a todo esto, el oportunismo de algunas personas que, por una habitación mínima, con escasas comodidades cobraban altas suma de dinero para darles alojamiento constatándose que para muchas de estas familias no estaba a su alcance hacerlo, y el “sueño” del estudio superior se hace muy cuesta arriba para sus hijos, se entiende la razón de esta residencia universitaria

El objetivo y los propósitos 

Se les confía la tarea de conformar y definir los medios y las personas que serían beneficiadas con este servicio de residencia universitaria: el encargado y nexo seria la vicaría episcopal de Arauco en la figura del vicario episcopal.  

Una gran tarea de la iglesia arquidiocesana en la provincia de Arauco era (y es) fortalecer la provincia con personal consagrado en las diferentes parroquias y actividades del sector, con el fin de promover, entusiasmar, reavivar la fe católica en una provincia predominantemente evangélica, y donde la iglesia católica es aún una marcada minoría  

Con esta premisa la Residencia Universitaria cobra vida haciéndose un beneficio para jóvenes exclusivamente de la provincia de Arauco, que hayan concluido allí sus estudios secundarios, y no cuenten con la posibilidad de sus familias de continuar estudiando por varios motivos, entre ellos lo económico. Queda claro que el objetivo es ayudar a formarse técnica y profesionalmente solo a jóvenes de la provincia que tuviesen reales deseos de estudiar y superarse, y no tendrían otras posibilidades de hacerlo

Se pensó en los medios reales de realización, la casa física sería el ex seminario menor (de ahí el nombre Santa Teresa de los Andes, que era el nombre del seminario) en la Avda. Manuel Rodríguez 935, vecino a la parroquia Sagrada Familia en la ciudad de Concepción. 

La apuesta de realización se sostendría con la participación de los primeros diez jóvenes que provenían de Tirua, Contulmo, Cañete, Lebu, Los Álamos y Arauco, y el aporte económico fuerte con la ayuda monetaria que consiguió Monseñor Fernando que serviría de piso de mantenimiento, y las demás ayudas materiales que la obra iba recibiendo

Los primeros pasos 

El trabajo previo fue encontrar los jóvenes interesados y que cumplieron los requisitos necesarios que nos habíamos propuestos 

  • La imposibilidad por el factor económico familiar 
  • El deseo de superación y de formarse responsablemente 
  • La colaboración y el apoyo familiar continuo 

 Evidentemente casi con inmediatez se sumaron los postulantes, y se sumó mucha gente, pero el objetivo era ayudar a jóvenes necesitados de esta oportunidad. Así que esto valió muchas visitas a familias de diferentes sectores de la provincia, charlas en los diferentes D.A.E.M de las siete comunas, reuniones con muchos profesores y cetros estudiantiles, y por supuesto la colaboración de los párrocos, religiosas y agentes pastorales en la identificación de los primeros alumnos 

En marzo del año 2014 se inaugura esta Residencia Universitaria con diez jóvenes, y con capacidad para 15 o 16 en un futuro. En la ceremonia de bendición que estuvo a cargo de Monseñor Femando Chomali y que estuvieron presentes algunas autoridades y personalidades del quehacer universitario, rectores de diferentes casas de estudios, organismos de gobierno y otras personas de la vida eclesial, destaco las palabras de nuestro arzobispo y las considero como un programa de acción en relación a la obra, y que entiendo no debemos jamás perder de vista nunca:  

“Esto es una obra de justicia respecto de un océano de injusticias. Concepción es una ciudad universitaria, con más de 90 mil alumnos, pero hay muchos de ellos que pasan hambre y viven en malas condiciones. Esto tiene una incidencia en la deserción que es muy alta. No se puede estudiar sin dormir y no se puede estudiar con el estómago vacío y es bueno que lo sepamos. Es por esto que no podemos mirar para el lado, hacer como si no pasara nada, es un deber que clama al cielo y que se perpetúa más de lo que uno quisiera”. (Monseñor Chomali 3 de marzo 2014)

Desde ahí se fue creciendo y adecuando a las necesidades e imprevistos propios del mismo funcionamiento. A poco andar descubrimos que era necesario una persona estable que pudiese coordinar las actividades de estudio de los primeros diez jóvenes que iniciaban esta residencia habitándola, y que eran los siguientes: 

Los primeros diez jóvenes residentes son: Adolfo Ancalao (Instituto profesional DUOC – UC), Osvaldo Canullán (INACAP, Alejandro Gutiérrez (DUOC – UC), Felipe Lincura (U. Santo Tomás), Andrés Montenegro (Instituto Sto. Tomás), Gerardo Millar (U. Biobío), Pier Neira (IEP), Javier Olate (U. Técnica Federico Santa María), Yassir Palma (U. Andrés Bello) y Carlos Rodríguez (U. de Concepción).

Este primer coordinador de la residencia fue Don Ángelo Lagos un profesor que vivía en la misma comunidad, y que fue implementando un servicio de acompañamiento por tres años, hasta que lo llega a suceder el actual, Don Carlos Hugo Méndez y que hasta hoy ambos han realizado un trabajo serio, responsable, y muy eficaz con los jóvenes que se fueron sucediendo en estos casi siete años de existencia de la Residencia Universitaria 

Hoy en día, son muchos los jóvenes que están deseosos de formar parte de la residencia universitaria; y se limita por las condiciones aun materiales de la misma, lo que en cierta forma permite realizar un trabajo más individualizado con los alumnos 

Entendemos, que el “espíritu de esta obra” está en cierta forma expresada en las palabras de Monseñor Chomali el día de la apertura de la casa: “No podemos mirar para el lado, y hacer como si no pasara nada, es un deber que clama el cielo”

Con el tiempo se fueron sumando un grupo de colaboradores, que aportaban a la residencia con ayudas de apoyo académico, tales como, colaboración real en temas específicos, libros, computadores, incluso charlas específicas que motivaban a los alumnos en sus procesos formativos, algo que hoy no podemos realizar por motivos de cuidados en este tiempo de pandemia

En estos casi ocho años de funcionamiento, se puede decir que es una obra que se sostiene en el tiempo, que esta asistida por la Providencia de Dios, que ha dado frutos para las personas más excluidas y necesitadas que gracias a este servicio generoso de muchos, se concretiza en un bien personal, familiar, y sin duda social 


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